La ciudad de cristal
Érase una vez una ciudad poco normal, con su príncipe y su mendigo, su invierno y su primavera, su vecina y su rival, pero con todas las paredes de cristal.
Estaba prohibido - por decreto real - abrir los ojos en esta ciudad. La gente caminaba por la vida dando palos de ciego a la calle (algunos al revés) para no ver ningún mal.
De vez en cuando, algún rebelde (casual o causal) abría los ojos, pero la guardia, con sus coacciones y sus gafas de sol, le devolvían a la cómoda oscuridad.
9 comentarios
mustang -
¿Quién eres tu?
Quien... 'quién' es solamente la forma de la función 'qué' y ¿qué soy? Un hombre con una máscara.
Sí, es ya lo veo.
Naturalmente. No me cuestiono tu capacidad de observación, simplemente señalo lo paradójico que es preguntarle a un hombre con máscara quién es.
anyta -
y tner tanta imaginacion
:P
me gusta
tujtr -
Saretta -
Puta cómoda oscuridad, puto paño que cubre los ojos de las personas, putos aquell@s que no quiren abrir los ojos...
Pues na pedorro que molan mil tus relatos!!
Besoooteeess!!!
Lau -
quien dice q los devueltos a la "comoda realidad" se qedaran allí?
muuuuaaaak!
leysnail -
qué duro!
me gusta :)
Señorita Flog -
escribe un libro y sere la primera en ir a comprarlo, hare cola por la noche con tienda de campaña incluida
muacká!!!
juanmy -
Carlos -
:-P !!